Ayer cayó el poblado marinero de Chovito, y con él murió parte de nuestra historia, la historia de Canarias, de todos los canarios. Parida por la necesidad nació nuestra historia junto al mar, historia que bien puede representar Chovito.
Porque no sólo Chovito está en peligro de desaparecer de la memoria histórica, junto a este poblado marinero son muchos a lo largo de toda la costa canaria los que se encuentran a día de hoy amenazados por las palas. Los políticos prometen y prometen y nada cumplen, estafadores.
Ayer me acerqué a Chovito, quería verlo de cerca por última vez, quería comprobar con mis propios ojos que esa tremenda injusticia se iba a llevar a cabo realmente. Fui antes de que la pala empezara a demoler las casas, cuando aún estaba abriendo la carretera que le permitió llegar a la playa y no puede evitar que las lágrimas anegaran mis ojos. No pude continuar allí depié por más tiempo, con una última mirada me despedí de él y le desee lo mejor a cuantos ayer perdieron parte de su alma. Muchas veces acudimos a su llamada de protesta contra el derribo y muchas veces también nos devolvieron ese apoyo en nuestra lucha, que es la misma. Ayer sentí su dolor como mío.
¡Hasta siempre Chovito!
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