sábado, 5 de abril de 2008

El pequeño prospecto

La semana pasada me vi en la obligación de hacerle una pequeña visita, casi de cortesía a mi adorable doctora. Tras un leve reconocimiento llegó la hora de sentarnos a charlar y ella, talón de recetas en mano, me escuchaba con esa paciencia que se merecen las visitas como la mía.

Y es que yo imagino que los médicos deben de tener las visitas de sus pacientes más o menos clasificadas de la siguiente manera (corríjame el doctor si me equivoco):
1. Paciente aburrido: el que va a la consulta del médico sin ninguna afección nueva, que más bien lo hace por el ratillo que pasa en la sala de espera, acompañado de otros enfermos, charlando y con los que surgen esos "piques de dolores" tan curiosos...
2. Paciente hipocondriaco: prácticamente vive en el centro médico, también habitual participante del "pique del dolor" pero que realmente está angustiado pensando que puede tener una enfermedad terminal sólo porque hoy le duele la rodilla.
3. Paciente enterado: el que busca información en internet o en cualquier libro y va al médico creyendo saber lo que le pasa e incluso que medicación debe mandarle.
4. Paciente escéptico: el que siempre piensa que no tiene nada y pospone la visita al médico a veces tanto que ya es tarde para hacer algo. Normalmente va acongojado, por no decir acojonado y suele permanecer callado a la espera de lo que piensa serán nefastas noticias.
5. Paciente....

Bueno que me estoy enrollando mucho y yo en realidad sólo les quería contar que tras mi visita a la ñora, que escuchaba todas esas cosas que yo le tenía que contar pues llevaba tiempo sin ir (tiendo a ser del grupo 4), salí de la consulta con medio talonario de recetas (que no de cheques ¡lástima!), fui a la farmacia y me compré los medicamentos. Esta tarde iba a empezar a tomar unas pastillas que me mandó y cuando saqué el prospecto de la caja y lo extendí casi me da un pasmo...




Lo he puesto borroso porque estarán ustedes de acuerdo conmigo en que no es de su incumbencia mi medicación


Ese pequeño puntito que se ve en la foto es una moneda de 1 euro (truco que aprendí de tío Nayib) por lo que entenderán lo del pasmo. A todas estas mi madre casi se mea viendo la seriedad con la que afronté el prospecto. 15 minutos después había desistido y decidido que ya cuando me note algo raro lo consulto a ver si es de las pastillas...

Aquí va la primera así que ¡deséenme suerte!

3 comentarios:

trakanizo dijo...

lo que te faltaba ahora, aparte de mandarle a toda clase de dorgras, entiendase toda clase de drogars, y digo toda, que no te lo iva a decir, DROGADICTA.... es que entraras en el gremio de los pastilleros...

eso si, aparte de DROGADICTA, ahora PASTILLERA, AHI DIOS............a casa no entras!!!

Tony dijo...

Yo llamé al médico para pedir hora y me dijeron que seguía registrado en Fuenka. Me preguntaron la última vez que había ido al médico... me lo pensé... me lo volví a pensar... y le contesté: "puede que la última vez que visité a mi médico de cabecera fuera hace más de 15 años".
Qué mal está la seguridad social "mijito".

Tooenchumbao dijo...

Que no hombre, que las pastillas son pa dejar las drogas...
Trankilo Tony, la seguridad social casi no ha notado tu ausencia, creo que mi madre ha estado usando tu hueco, y el de algún despistado más.