Viaje fin de Máster. Día 1

Y tras la marcha que les conté ayer llegó el difícil de afrontar viernes 4 de julio. Mientras los americanillos estaban festejando su gran día y todos gritaban "somos los mejores" yo me enfrentaba a un duro día de trabajo con un resacón de los que hacen historia.

Tras una mañana de corre de aquí pa'lla y de allá pa'ca llega una tarde de "si esta mañana corriste mucho esta tarde te vas a cagar". Salgo del curro corriendo, voy a casa "mi awela" (nótese tonito Wilfred y la ganga) engullo el almuerzo, salgo como un tiro pa Tegueste a recoger la maleta, paso por Tacoronte en busca de Dácil la feliz y llego a la estación de guaguas de Santa Cruz a las 5:15. Llegados a este punto medio respiro de alivio pues ya casi estamos ande teníamos que estar, los que teníamos que estar.

A las 5:30 damos por perdido a uno de los viajeros (otro que nos deja colgados a última hora) y nos vamos a sacar las tarjetas de embarque pal Garajonay Exprés. . La señorita que nos atiende (más simpática que la del día anterior), se nos lía un poco (la razón es confusa pues la reserva estaba hecha y sólo tenía que emitir las tarjetas de embarque) y tras 35 minutos de espera, durante los cuales la cola va creciendo desmesuradamente y yo noto los cuchillos clavándose en mi espalda, nos hacemos con las dichosas tarjetas.

Nos vamos a subir a la guagua y el señor conductor no nos deja. Tras otros 10 minutos en que estamos muy tranquilitos hablando de nuestras cosillas se acerca el señor y de muy malas maneras nos dice "¿por qué no se sube la mitad en esta guagua y la otra mitad en la otra para así poder salir que ya estamos bastante retrasados?". Y yo me pregunto ¿por qué no lo dijo antes? que pensaba, que no podíamos estar separados ni un minuto. En fin, que nos dividimos en 2 grupos y nos subimos a la guagua rumbo Los Cristianos. Durante el trayecto en guagua y en el barco no surgen problemas aunque todos llegamos mareados como piojos, porque anda que se mueve el barquito ese.

Una vez en San Sebastián nos vamos a coger los coches de alquiler "Rentacar Piñero" mientras el muchacho encargado de recibirnos en la residencia no para de llamar a Mapi a ver donde estamos y cuánto vamos a tardar. Llegamos a la oficina del rentacar y nos encontramos con una señorita que seguramente tendría alguna buena cualidad por la cual la contrataron pero desde luego esa no era la simpatía. Nada más llegar nos echa literalmente del mostrador porque dice que la estamos agobiando, que no le llega el aire. Con muy mala leche nos da los 3 coches y muy "contentos" salimos del muelle rumbo a la residencia. Por el camino uno de los coches tiene que dar la vuelta porque el tanque está a mitad y no lleno como nos dijeron (menos mal que se dieron cuenta).

Llegamos a la residencia por fin y el chico que nos recibe nos lleva a la cocina corriendo pues la cocinera nos llevaba esperando desde las 8 y ya eran las 9:30. Le explico que el barco se retrasó, pero parece ser que eso no era una excusa lo suficientemente buena. Entramos al comedor y la mala leche de la cocinera se ve a leguas, nos saluda muy malamente y nos sirve la comida a toda prisa. Cuando aún algunos estabamos comiendo sale de la cocina y nos larga que le demos ya los platos que los tiene que fregar, así que con la comida aun en la boca nos ponemos a recoger antes que nos muerda el doberman.

Subimos a la habitación y nos encontramos con lo que uno de los chicos denominó "nidal pa gallinas ponederas", una habitación de unos 30 m2 con 6 literas, 1 cama y 2 estanterías. El baño es común, 6 duchas 3 lavamanos y 3 amigos roca. Como podrán ver, prácticamente un hotelito de 5 estrellas.

Las 11 gallinas ponedoras nos medio instalamos, nos duchamos y nos fuimos a la calle a hacer botellón, con tan mala suerte que allí donde nos aposentábamos aparecían unos leños de cucarachas que daban hasta miedo. Abortada la operación botellón y tras el día agotador que todos habíamos tenido decidimos irnos pal nido y tras 1 hora de preparativos por fin se apaga la luz. Al módulo contiguo había llegado un grupo como de 30 personas con niños por lo que pensábamos que no iban a hacer ruido ¡que equivocados estábamos! hasta intentaron entrar en nuestro módulo, menos mal que habíamos cerrado con llave. Entre los chistes de Ulises que los empataba uno tras otro sin dar tiempo a que le cortaran y la bronca que se formó entre Zoilo (uno de los 30 que estuvo en nuestros chistes el resto del viaje) y otro tío, nos dieron por lo menos las 3.

Despertador a las 7:50 pa bajar a desayunar... pero ya esto es del sábado y lo dejamos pa mañana.

Personas simpáticas que nos topamos durante el primer día de viaje: 0

Rocky Balboa us Apollo Creed

faltan 11 días

¿ya se las enseñé? jejejeje