Nuevos aires

Se acabó lo bueno ¿y ahora?... pues ahora empieza lo mejor. Esta etapa postvacacional se presenta nueva e inexplorada y que curiosidad más curiosa que me entra.

No digo que las vacaciones no hayan estado bien, salvo la pena por lo perdido, el resto estuvo genial. Los amigos igual de alcohólicos y fiesteros que siempre, mi familia igual de parrandera y aunque el paisaje andaba un poco chamuscado la playa estaba de muerte.

Pero resulta que lo bueno no acaba, que aunque cambiamos la Terra Nostra por el Padre Teide, seguimos encontrando amigos alcohólicos y familiares parranderos, aunque no tan deliciosas playas (hablando en términos de cercanía y masificación). Y cierto es que debemos dedicar 8 horas a ganar garbanzos, pero de 4 a 9 son muchas horas de luz (y de 9 a 12 muchas de sombra) que dedicar a darle gusto al cuerpo, no sólo por los poliorgasmos que voy a tener cada vez que me suba al batmóvil, sino también por las risas que voy a echar grabando el corto y demás frikadas que se me ocurran.

Y como ya hoy llevo la mañana ganando garbanzos y los lunes Doraemon los hizo para uso y disfrute del personal, ahora mismo me dispongo a escaparme del curro un par de horas para ir al concesionario en busca del batmóvil ¡Por fin!. Me pregunto si se lo dan a uno con el depósito lleno o sales de allí directo a la gasolinera. Sea como fuere, esta tarde voy a llegar al rodaje montada en mi carroza, saludando cual princesa encantada de la vida. Porque así es como tengo pensado vivir de aquí en adelante, sin agobios, olvidada del reloj, saliendo, riendo y sobre todo disfrutando, que estoy en la edad.