Estados de ánimo

"Copenhague" Vetusta Morla

Hoy es viernes...

... por fin!!!

Una semana larga y con mucho, mucho curro, pero plagada de buenos ratos. El fin de semana promete diversión, a ver si también hay tiempo para un poco de descanso que desgraciadamente ya no tengo 20 años...

Ándense con ojo que me han dicho que anda suelto el Monstruo del Sebadal

El otro día me llamó un amigo para advertirme de un nuevo peligro que aguarda a los bañistas despistados. Estaba bastante alterado pues dice que la noticia llevaba días corriendo de boca en boca como un rumor infundado, pero que esa mañana había abierto el caralibro y allí estaba, solicitándole descaradamente su amistad. El Monstruo del Sebadal, me ha dicho que se llama. Inmediatamente me puse a buscar en Google y me dio de narices la noticia de mano de la sangre, con lo que debe ser una frikada verdad.

Comentan que no sólo es un peligro inminente en las playas, sino que además se nos ha colado en el twitter, en el caralibro y en otros muchos enlaces (como un virus) y que hasta tiene un canal en Youtube.

Curioso es que con lo alarmistas que somos en este país, aún no haya saltado la noticia a los medios de comunicación creando un estado de alarma que hiciera abandonar las playas en masa, lo que sería de agradecer catastrófico.

Yo por mi parte decir que ayer tuve la suerte ocasión de coincidir con él cuando asistí al rodaje del supermegacorto del año nuevo proyecto de NiPipaFilms y no me pareció excesivamente peligroso, pero como uno nunca debe fiarse de las apariencias y las primeras impresiones esta tarde intentaré intimar un poco más para averiguar a que nos enfrentamos realmente.

Mientras tanto TENGAN CUIDADO que me han dicho que aruña...

Nuevos aires

Se acabó lo bueno ¿y ahora?... pues ahora empieza lo mejor. Esta etapa postvacacional se presenta nueva e inexplorada y que curiosidad más curiosa que me entra.

No digo que las vacaciones no hayan estado bien, salvo la pena por lo perdido, el resto estuvo genial. Los amigos igual de alcohólicos y fiesteros que siempre, mi familia igual de parrandera y aunque el paisaje andaba un poco chamuscado la playa estaba de muerte.

Pero resulta que lo bueno no acaba, que aunque cambiamos la Terra Nostra por el Padre Teide, seguimos encontrando amigos alcohólicos y familiares parranderos, aunque no tan deliciosas playas (hablando en términos de cercanía y masificación). Y cierto es que debemos dedicar 8 horas a ganar garbanzos, pero de 4 a 9 son muchas horas de luz (y de 9 a 12 muchas de sombra) que dedicar a darle gusto al cuerpo, no sólo por los poliorgasmos que voy a tener cada vez que me suba al batmóvil, sino también por las risas que voy a echar grabando el corto y demás frikadas que se me ocurran.

Y como ya hoy llevo la mañana ganando garbanzos y los lunes Doraemon los hizo para uso y disfrute del personal, ahora mismo me dispongo a escaparme del curro un par de horas para ir al concesionario en busca del batmóvil ¡Por fin!. Me pregunto si se lo dan a uno con el depósito lleno o sales de allí directo a la gasolinera. Sea como fuere, esta tarde voy a llegar al rodaje montada en mi carroza, saludando cual princesa encantada de la vida. Porque así es como tengo pensado vivir de aquí en adelante, sin agobios, olvidada del reloj, saliendo, riendo y sobre todo disfrutando, que estoy en la edad.

Fuencaliente tras el paso del fuego

Mañana hace una semana que estoy en Fuencaliente y nada ha cambiado desde que llegué. El mismo panorama desolador que encontré el primer día, no sólo en cuanto a lo yermo del paisaje, sino también en cuanto al estado de ánimo que flota en el ambiente.

El municipio de Fuencaliente se quemó completo, literalmente de extremo a extremo, desde el linde con Montes de Luna hasta la ermita de Santa Cecilia, desde la Fuente el Tión hasta la falda de los volcanes.

Se quemaron muchas viviendas, negocios y huertas, pero el fuego no sólo se llevo cosas materiales, tarde o temprano recuperables, se llevó las risas, la alegría de la gente. Todos tienen su historia, una historia de miedo que pone los pelos de punta, de cómo el pueblo se evacuó y no tenemos que lamentar pérdidas personales gracias a que los mismos vecinos avisaron a familiares y amigos, de los valientes que se quedaron apagando el fuego que lamía las casas, que amenazaba con arrasar el pueblo entero, de los que en las pocas casetas que aún quedan en pie en la playa del Faro, acogieron a los vecinos evacuados ofreciéndoles todo lo que tenían y que luego fueron ignorados por los medios de comunicación...

Tantas y tantas cosas que escuchar, tanta necesidad de desahogo, tanta impotencia... que finalmente acaba uno sumido en la pesadumbre reinante. Ganas dan de escribir las historias personales de amigos y familiares, de conocidos y desconocidos vecinos del pueblo de Fuencaliente, pues los medios de comunicación están comprados por los políticos y reina el amarillismo tergiversando la realidad a su antojo, lo que ha creado un estado de crispación e indignación. Se sienten engañados, y con razón.

Poco a poco el pueblo va volviendo a la normalidad, la gente ha regresado a sus casas (los que no la perdieron), van a trabajar, salen a los bares a charlar, van a la playa, pero ya nada es igual. Sin embargo estoy segura que conseguirán superar este mal trago que les ha impuesto el destino, porque el fuencalentero es fuerte, fuerte y decidido, sabrá salir del bache.

Desde aquí mi más sincero agradecimiento a todos los vecinos que lucharon contra el fuego, a los que los evacuaron, a los vecinos de la Isla, los de las otras Islas y a los de lugares más lejanos ayudaron con lo que pudieron y a los que a día de hoy siguen ayudando.

Rayo McQueen ha muerto

Sí amiguitos, esta mañana una máquina llena de dientes he engullido a Rayo. Fue feliz conmigo, o eso creo. Pasó de ser un simple coche de alquiler a mis manos (aunque no se si eso se podría considerar una mejora), hace ya unos años. Rojito y pequeñito se convirtió en mi primer coche y vaya si lo gocé. Con él llegó la libertad de movimiento, pero también la responsabilidad de su mantenimiento (casi pasó más tiempo con el mecánico que conmigo), lo que supuso un grado más de madurez. Tuvo que aguantar las quejas de aquellos que se subían en él, que si es un trato, que a ver cuando cambias, que esto no sirve pa nada, pero las aceptaba, tan tranquilito y calladito, aunque seguro que rumiando la posibilidad de dejarnos tirados en la carretera.

Siempre fue un coche enfermizo, pero al contrario que el resto, la edad lo hizo más fuerte, hasta que un día, no hace mucho, estuvo en la UVI y yo, que tanto lo quise, decidí poner fin a su sufrimiento (por fin).

Ahora llega el Batmóvil a ocupar su lugar, no se si sabré conducirlo, tanta modernidad de un golpe debe agobiar. Lo estaré pagando 5 años y como dice Vespinoza, estaré todo ese tiempo cagándome en todo gozando del climatizador.

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Yo también he caido en la red...

en fin...